martes, 5 de julio de 2011

De vuelta...

Recientemente he adoptado una nueva filosofía de vida, que me permite ser feliz, pase lo que pase. Y es que la felicidad no es algo que te llega, es algo que se tiene. Se es feliz porque sí, siempre que se quiera, claro. Y no es algo descabellado lo que digo, porque hay gente por ahí que, simplemente, no quiere ser feliz. Pues yo soy feliz porque quiero, así de simple. Y llevo así desde hace unos tres meses. Un día algo en mí hizo click, y desde entonces nada me preocupa. Y desde entonces las cosas me han ido algo mejor. A todo esto ha contribuido el hecho de que por fin, encontré trabajo, aunque sea por poco tiempo. Está claro que el tener algo que hacer siempre es bueno para la salud mental. Pero no quiero que mi actual estado de iluminación se termine el mismo día en el que termine mi contrato, exactamente dentro de 3 semanas. Será todo un reto continuar siendo feliz cuando vuelva al pueblo, donde no hay mucho que hacer, cuando mis padres vuelvan a ponerse nerviosos y la “retomen” conmigo, cuando se me acabe el poco dinero que he ahorrado durante estos tres meses, o cuando las expectativas de evolución y cambio vuelvan a ser un espejismo. Será difícil, sin duda, pero ahora se que no es imposible.

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